¿Quién está detrás de este proyecto? No se sabe. Tampoco se conocen sus resultados, pues aún no se puede descargar el programa: hay que anotarse en una lista de espera para que le despachen el producto a su hogar.
Según la página en cuestión, la "exitosa demanda" ha hecho que las calcomanías con el logo contra Dios que se les obsequiaban a los que se inscribían se agotaran, por lo que ahora recibirán por ellas una donación de 5 dólares para "desarrollar el proyecto que busca blindar a los niños de la violencia sexual y del material psicológicamente dañino de muchos textos sagrados".
El mismo argumento que ha sido usado para vetar páginas porno. De ahí las críticas desatadas.
Para los creadores del software, la explosión de fundamentalismos religiosos justifica un filtro que pretenda proteger de la religión y permitir que los niños crezcan "libres de ésta hasta que estén en edad de decidir en qué creer".
Los seguidores de esta idea de vetar a la religión argumentan que, en el nombre de Dios, se han justificado prolongadas y sangrientas guerras santas a través de los siglos. Lo dicen, entre otros motivos, por el castigo que una facción radical del pueblo musulmán le infligió a Occidente, representado por Estados Unidos, con la destrucción de las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001. Y por sus consecuencias presentes: el señalamiento de terrorista que recae sobre todo árabe. Para muchos, miedo y religión tienen una asociación directa en la actualidad, debido al fanatismo.
"Permitirle a un niño de 8 años oír esos sermones evangélicos no es la manera de enseñarle a pensar críticamente -comenta un padre en la página-. Necesitas un ambiente protegido para educar. No quisieras que tu hijo se tope con un sitio porno antes de que tenga una conducta sexual responsable, ¿cierto?".
¿Por qué tratar la religión con el mismo rasero que se controla la pornografía?, ¿habrá algo que las conecte? Para el artista José Alejandro Restrepo, fascinado por la forma como los latinoamericanos tienen interiorizada la culpa católica -por ejemplo, dice, para hacerse visibles en una protesta se cosen los labios, se crucifican o se martirizan en algo que roza dolor y placer-, "puede que eso responda a la misma idea de la pornografía: esa locura por ver del barroco católico se complementa con la locura por mostrar".
De una lectura literal de las Sagradas Escrituras podrían salir conceptos como castigo, pecado, cielo, infierno, condena a la sodomía, machismo, incesto, entre otros, ideas que los niños interiorizan, siguiendo patrones culturales. "Los niños construyen inconscientemente arquetipos del bien y del mal, se los creen y los repiten", asegura Rosa Clemente, libretista de televisión, que construye personajes siguiendo estereotipos claramente determinados.
Y si de bloquear los impulsos y las amenazas de peligro se tratara, habría que eliminar mucho más que los contenidos religiosos en la red, habría que apagar la televisión, cerrar las salas de los museos con iconografía religiosa, dejar de oír radio, en fin, encerrar a los niños en una burbuja.
Crecer sin creer
¿Ayuda entonces crecer sin Dios?, ¿acaso es posible? Para el padre jesuita Alfonso Llano, "crecer física y culturalmente sin fe es posible, pero hace que la vida carezca de sentido y caiga en el vacío, porque hay que rendirle cuentas a un ser superior".
Que esto lo exprese un sacerdote es natural, pero que algo similar lo diga un ateo resulta, por lo menos, curioso. El psicólogo Jesse Bering, de la Universidad de Queens, en Belfast, hace parte de un grupo de científicos que, tras un trabajo desarrollado durante los últimos diez años, han empezado a ver a Dios y lo sobrenatural con el lente de la evolución. Luego de una serie de experimentos, él concluyó que "mientras uno crea que está siendo vigilado o supervisado por alguien -más aún si es una fuerza superior- el comportamiento cambia y busca evitar la trampa", algo que para este experto explica la base de la solidaridad y la sociedad humanas.
¿Qué se puede concluir con todo esto? Que el comportamiento moral, aquel que busca el buen actuar, no tiene que ser necesariamente religioso (con este precepto son criados los hijos de las familias ateas). No obstante, sin creencias no es posible crecer ni pensar en un proyecto de vida.
"En los primeros siete años se moldea lo que debe y no debe hacerse. La creencia hace parte de la estructura de la personalidad, y pretender reducirla -quitando a Dios del camino, por ejemplo- podría eliminar la necesidad del otro. Es un cambio demasiado rápido al que nos está arrastrando la tecnología: el egocentrismo", asegura María Isabel Guerrero, psicóloga infantil.
El propio vocero nacional de los ateos de Estados Unidos, David Silverman, ha dicho que no cree que sea una buena idea ocultarles información a los niños: "No deberíamos tenerle miedo al intercambio de información ni a que cualquiera aprenda lo que desee".
Con todo, no deja de llamar la atención que, así como la Iglesia católica obligó en un momento dado a cubrir con velos los senos de las pinturas de las vírgenes, Godblock utiliza la misma herramienta: la censura.
Opiniones encontradas
Alfonso Llano
Sacerdote jesuita
Sacerdote jesuita
"Los fanatismos le han hecho mucho daño a la religión. Las Escrituras deben interpretarse y aquellos que inviten a leerlas al pie de la letra pueden inducir a error a los fieles, por ejemplo, al hacerles creer que el diablo existe y que Jesucristo lo dijo".
Antonio Vélez
Científico
Científico
"Un ateo nunca estallará una bomba en un bus creyendo que se va al paraíso a disfrutar de un harén de vírgenes. La moral es la que nos transmiten sin religión, sin castigos ni recompensas".
Alejandro Gaviria
Economista
Economista
"Un programa no es suficiente para frenar los impulsos radicales de una comunidad religiosa y, aunque hubo una ilusión de secularizar, nacida de la Ilustración, la gente sigue pegada a la religión".
Dominique Rodríguez Dalvard
Redactora de EL TIEMPO
Redactora de EL TIEMPO
F eltiempo.com
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